"Nosotros tenemos que buscar al pueblo y no esperar hasta que él venga a nosotros"... Esto no sólo lo dice el P. Berthier sino que, como un misionero infatigable, lo hace también. En el verano dedica todo su tiempo a la atenciónde los peregrinos que suben a La Salette y cuando la nieve impide su llegada, se dedica a las misiones populares en las Parroquias.

A pesar de tantas actividades encuentra todavía tiempo para escribir numerosos libros, con el deseo de llevar el mensaje al pueblo mas sencillo.
Pronto aparecerá una nueva faceta de su vocación misionera: la formación de nuevos misioneros.
A pedido de sus superiores el P. Berthier inicia la primera Escuela Apostólica donde se formarán los jóvenes misioneros de La Salette.